Eran las 7:30 de la mañana cuando nos encontrábamos a las puertas de la Parroquia de Santa Gema. Apenas eramos unas cinco personas en solitario, contemplando las calles vacías y sin apenas transito de gente o de vehículos.
El aire de la mañana era fresco y el cielo nos hacia temer lo peor. Algunos de los asistentes, precavidos, cargaban con su paraguas y su chaqueta de abrigo. Por el contrario, yo estaba en mangas cortas y de mi mochila colgaba un gorro para quitar el sol. Yo confiaba en que ese día no podía llover, tenia que ser perfecto.
Siguió avanzando la mañana y a eso de las 7:45 llego el autocar que nos llevaría a nuestro destino. Poco a poco todos los reunidos al rededor del punto de encuentro, fuimos subiendo y ocupando nuestros sitios. El autocar arranco hacia nuestra primera parada, San Gabriel de la Dolorosa, donde nos estaba esperando otro pequeño grupo dispuesto a pasar un gran día. Una vez todos en sus puestos, partimos hacia nuestro destino, Peñafiel.
El viaje duro unas dos horas aproximadas, según fue avanzando el día el tiempo mejoro, resplandecía un estupendo sol y la temperatura era muy agradable. Como bien dijo una de las ocupantes, Dios nos regalo un precioso día. El ambiente que se respiraba durante todo el recorrido era muy agradable. Cada cual hablaba con su acompañante o los que tenia alrededor. Se escuchaban risas, exclamaciones, saludos, etc. Un ambiente muy FAMILIAR.
Antes de llegar a nuestro destino, realizamos una pequeña parada para desayunar y descansar un poco. Ya estábamos muy cerca.
En cuanto el autocar paro, bajamos y ya había varias personas esperándonos y dándonos la bienvenida. Seguimos a nuestros anfitriones quien nos llevaron a una gran recepción en el jardín acompañada de un picoteo de dulce y algo de beber.
Yo y mi hermano no pudimos resistirnos y empezamos a recorrer la zona. El convento De San Pablo ¡era impresionante!, estábamos rodeados de naturaleza por todos lados. Una gran fuente con peces de colores y nenúfares, el río Duratón atravesaba los terrenos dejando ver sus aguas coloridas a su paso. Había un pequeño embarcadero y varias mesas de madera para poder pasar un precioso día de campo y aun había mas, hasta donde la vista alcanzaba, pero retornamos de nuevo a la entrada donde estaban todos reunidos, no sin antes haber tomado unas cuantas fotos.
Nos hicieron pasar al interior del edificio al salón de actos, donde se estaba preparando toda la presentación para el día. Antes de entrar y sentarnos, nos facilitaron unos globos de colores, según de donde vinieras. Estaban presentes las familias de Peñafiel, Santander, Alcalá, Mieres, Santa Gema, Chamartín, Coruña, Irún y Toledo. Se realizaron las presentaciones, se expusieron los temas y antes de finalizar se pidió la participación de todos para inflar los globos y formar racimos de uvas. Cuando los globos estuvieron inflados y atados, se colocaron en un frontal preparado con el dibujo de una vid.
Al finalizar, algunos salieron al gran jardín para esperar la hora del rezo y otros se pusieron a organizarlo. Colocando las sillas, preparando todo lo necesario para celebrar la misa, etc.
La misa se celebro en lo que denominan, Bosquecillo, un lugar de encanto, rodeado de arboles y del sonido del viento contra las hojas, el golpeteo del agua contra las piedras y el trino de los pájaros, ¡Una maravilla!. Fue una celebración fuera de lo normal, muy familiar, amena, divertida y en la que pudimos aprender mucho del mantenimiento y cuidado de una vid y su comparativa a la vida real. Fue algo precioso.
Al finalizar recogimos y nos dirigimos de nuevo al interior del convento para la gran comida. Allí estaban todas las mesas dispuestas a lo largo y preparadas para ser ocupadas. Nada mas sentarnos, se realizo la bendición de la mesa, algo que me recordó buenos tiempos, cuando mi abuela siempre bendecía la mesa y le hacia una cruz a la hogaza de pan cuando esta era nueva. Al finalizar la bendición nos preparamos para empezar a comer. Estuvo todo delicioso, todos se portaron muy bien, reímos, hablamos y conocimos gente nueva. Un ambiente muy FAMILIAR.
Al finalizar la comida, algunos se fueron al baile, otros de compras y nosotros, mi hermano, mi tía y yo, nos fuimos a ver la Plaza del Coso, una plaza preciosa con todos los ventanales de madera. En ese momento había un grupo de personas practicando el arte del toreo. Al salir de aquí nos dirigimos a visitar la iglesia de San Pablo, de estilo gótico-mudéjar. En el interior nos encontramos con la capilla funeraria de los Manuel, construida dos siglos más tarde en estilo plateresco. Los retablos, las imágenes, los altos techos y sus bóvedas, una verdadera belleza.
Ya se acercaba la hora de la marcha. De nuevos reunidos a la entrada del monasterio, localizamos el autocar que nos llevaría de nuevo a Madrid a Santa gema y de allí a casa. El retorno se hizo mas silencioso, ya sea por el calor, por el cansancio, la emoción y mil por qués mas, pero mas de uno pegamos una cabezada en el recorrido. Nos encontramos un pequeño atasco a la entrada, pero nada que el conductor no pudiera superar. Nos despedimos de nuestros compañeros e San Gabriel de la Dolorosa y después nosotros nos despedimos de nuestros amigos de Santa Gema. Cogimos el coche y hacia casa.
Un día perfecto, lleno de buenas historias, amigos nuevos, muchas risas y una sensación de tranquilidad y paz. Gracias a todos por ese día.