Grupo de la Adoración Nocturna

Día de Reunión: primer viernes de cada mes desde las 22:00h a  las 02:00h

 

UN POCO DE HISTORIA

Las vigilias de la antigüedad, primer precedente de la AN

Las vigilias mensuales de la Adoración Nocturna (=AN) continúan la tradición de las vigilias nocturnas de los primeros cristianos, En efecto, los primeros cristianos, movidos por la enseñanza y el ejemplo de Cristo -«vigilad y orad»-, no solamente procuraban rezar varias veces al día, en costumbre que dio lugar a la Liturgia de las Horas, sino que -también por imitar a Jesús, que solía orar por la noche (+Lc 6,12; Mt 26,38-41)-, se reunían a celebrar vigilias nocturnas de oración.

Con el nacimiento del monacato en el siglo IV, se van organizando en las comunidades monásticas vigilias diarias. La costumbre de las vigilias nocturnas se hizo pronto bastante común. San Basilio (+379), Las vigilias mensuales de la AN -también con oraciones e himnos, salmos y lecturas de la Escritura- prolongan, pues, una antiquísima tradición piadosa del pueblo cristiano, que nunca se perdió del todo, y que hoy sigue siendo recomendada por la Iglesia.

«Los Padres y autores espirituales, con muchísima frecuencia, exhortan a los fieles, sobre todo a los que se dedican a la vida contemplativa, a la oración en la noche, con la que se expresa y se aviva la espera del Señor que ha de volver: "A medianoche se oyó una voz: `¡que llega el esposo, salid a recibirlo´ (Mt 25,6)!; "Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer o a medianoche, o al canto del gallo o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos" (Mc 13,35-36). Son, por tanto, dignos de alabanza los que mantienen.

 

Otros precedentes

Las vigilias de los antiguos cristianos, como sabemos, no tenían, sin embargo, una referencia devocional hacia la presencia real de Cristo en la Eucaristía. En este aspecto, los antecedentes de la devoción eucarística de la AN han de buscarse más bien en las Cofradías del Santísimo Sacramento,

Son también antecedente de la AN las Cuarenta horas.

Pero si buscamos antecedentes más próximos de la Adoración actual, los hallamos en la Adoración Nocturna nacida en Roma en 1810, con ocasión del cautiverio de Pío VII, Y en la Adoración Nocturna desde casa, fundada por Mons. de la Bouillerie en 1844, en París.

Pues bien, en su forma actual, la AN es iniciada, según vimos, en Francia por Hermann Cohen y dieciocho hombres el 6 de diciembre de 1848, con el fin de adorar en una iglesia, con turnos sucesivos, al Santísimo Sacramento en una vigilia nocturna.

 La Adoración Nocturna en España

España conoce también en su historia cristiana muchas Cofradías del Santísimo Sacramento, pero la AN, como tal, se inicia en Madrid, el 3 de noviembre de 1877, en la iglesia de los Capuchinos.

Allí se reúnen siete fieles: Luis Trelles y Noguerol -está en curso su proceso de beatificación-, Pedro Izquierdo, Juan de Montalvo, Manuel Silva, Miguel Bosch, Manuel Maneiro y Rafael González. Queda la Adoración integrada al principio en el Centro Eucarístico.

En cuanto Adoración Nocturna Española (ANE) se constituye de forma autónoma en 1893. A los comienzos reúne en sus grupos solamente a hombres. En 1925 nace en Valencia la Adoración Nocturna Femenina (ANFE), que desde 1953, cuando se unifican experiencias de varias diócesis, es de ámbito nacional.

Naturaleza de la Adoración Nocturna

La AN es una asociación de fieles que, reunidos en grupos una vez al mes, se turnan para adorar en la noche al Señor, realmente presente en la Eucaristía, en representación de la humanidad y en el nombre de la Iglesia.

Los adoradores, una vez celebrado el Sacrificio eucarístico, permanecen durante la noche por turnos ante el Sacramento, rezando la Liturgia de las Horas y haciendo oración silenciosa.

Fines principales

Los fines de la AN son los mismos de la Eucaristía.

  • Adorar con Cristo al Padre «en espíritu y en verdad»;

  • Ofrecerse con Él, como víctimas penitenciales, para la salvación del mundo y para la expiación del pecado;

  • Orar, permanecer amorosamente en la presencia de Aquel que nos ama...

«Quedaos aquí y velad conmigo... Velad y orad, para que no caigáis en tentación... En medio de la angustia, él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían sobre la tierra» (Mt 26,38.41; Lc 22,44).

Fines complementarios

La AN no agota su finalidad con la pura celebración de las vigilias mensuales. A ella le corresponde también, por Estatutos, promover otras formas de devoción y culto a la sagrada Eucaristía:

 Señalaremos, a modo de ejemplo, algunos de los objetivos que los adoradores deben pretender con todo empeño, con oración insistente y esperanzada, y con trabajo humilde y paciente:

             -Practicar con frecuencia las visitas al Santísimo

             -Conseguir que haya iglesias que permanezcan abiertas durante algunas horas al día, de modo que no se abran sólo para la Misa o los sacramentos.

             -Procurar la dignidad de los sagrarios y capillas del Santísimo.

             -Fomentar en la parroquia, de acuerdo con el párroco y en unión si es posible con otros adoradores, algún modo habitual de culto a la Eucaristía fuera de la Misa:

             -Cultivar grupos de adoradores niños o adolescentes

             - Difundir la devoción eucarística en colegios católicos, reuniones de movimientos apostólicos, Seminario, ejercicios espirituales, catequesis, retiros y convivencias.

             - Procurar que el Corpus Christi sea celebrado con todo esplendor,

Vigilias mensuales

Las vigilias mensuales se celebran normalmente en una iglesia fija

En la vigilia un sacerdote celebra la Eucaristía y, si le es posible, administra antes el sacramento de la penitencia a los adoradores que lo desean, les acompaña en la vigilia, y da la bendición final con el Santísimo.

Notas esenciales de la AN son tanto la nocturnidad

Las vigilias de la AN se desarrollan siguiendo un Manual propio que es bastante amplio y variado -la edición española tiene 670 páginas-, en el que se incluyen un buen número de modelos de vigilias, siguiendo los tiempos litúrgicos, en las diversas Horas. Recoge también otras oraciones y cantos.

Espíritu de la AN

La AN, tras siglo y medio de existencia, tiene un espíritu propio, que está expresado a través de varias palabras clave.

                -Caridad

                -Fidelidad personal a la vocación.

                -Penitencia.

                -Diversidad de miembros.

                -Sencillez.

Fines principales

Los fines de la AN son los mismos de la Eucaristía.

  • Adorar con Cristo al Padre «en espíritu y en verdad»;

  • Ofrecerse con Él, como víctimas penitenciales, para la salvación del mundo y para la expiación del pecado;

  • Orar, permanecer amorosamente en la presencia de Aquel que nos ama...

«Quedaos aquí y velad conmigo... Velad y orad, para que no caigáis en tentación... En medio de la angustia, él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían sobre la tierra» (Mt 26,38.41; Lc 22,44).

Fines complementarios

La AN no agota su finalidad con la pura celebración de las vigilias mensuales. A ella le corresponde también, por Estatutos, promover otras formas de devoción y culto a la sagrada Eucaristía:

 Señalaremos, a modo de ejemplo, algunos de los objetivos que los adoradores deben pretender con todo empeño, con oración insistente y esperanzada, y con trabajo humilde y paciente:

             -Practicar con frecuencia las visitas al Santísimo

             -Conseguir que haya iglesias que permanezcan abiertas durante algunas horas al día, de modo que no se abran sólo para la Misa o los sacramentos.

             -Procurar la dignidad de los sagrarios y capillas del Santísimo.

             -Fomentar en la parroquia, de acuerdo con el párroco y en unión si es posible con otros adoradores, algún modo habitual de culto a la Eucaristía fuera de la Misa:

             -Cultivar grupos de adoradores niños o adolescentes

             - Difundir la devoción eucarística en colegios católicos, reuniones de movimientos apostólicos, Seminario, ejercicios espirituales, catequesis, retiros y convivencias.

             - Procurar que el Corpus Christi sea celebrado con todo esplendor,

Vigilias mensuales

Las vigilias mensuales se celebran normalmente en una iglesia fija

En la vigilia un sacerdote celebra la Eucaristía y, si le es posible, administra antes el sacramento de la penitencia a los adoradores que lo desean, les acompaña en la vigilia, y da la bendición final con el Santísimo.

Notas esenciales de la AN son tanto la nocturnidad

Las vigilias de la AN se desarrollan siguiendo un Manual propio que es bastante amplio y variado -la edición española tiene 670 páginas-, en el que se incluyen un buen número de modelos de vigilias, siguiendo los tiempos litúrgicos, en las diversas Horas. Recoge también otras oraciones y cantos.

Espíritu de la AN

La AN, tras siglo y medio de existencia, tiene un espíritu propio, que está expresado a través de varias palabras clave.

                -Caridad

                -Fidelidad personal a la vocación.

                -Penitencia.

                -Diversidad de miembros.

                -Sencillez.

SANTA GEMA Y LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA

LA PRIMERA HORA SANTA DE SANTA GEMA

Nos Hallábamos, como he dicho, en la Semana Santa, y era el miércoles; el Confesor creyó por fin oportuno dejarme hacer una confesión general, según era mi deseo desde hacía mucho tiempo; escogí precisamente la tarde del miércoles y ya bien entrada. Jesús por su infinita misericordia me dió un dolor grandísimo de mis pecados, y he aquí el modo.

El jueves por la tarde comencé a hacer la Hora Santa (Había prometido a Jesús que, si curaba, todos los jueves indefectiblemente haría la Hora Santa). Era la primera vez quq la hacía levantada; también otros jueves la habia hecho, pero en la cama, pues el Confesor no me permitía, dada mi extrema debilidad, que la hiciera de pie. De la confesión en adelante me lo permitió.

Me puse, como digo, a hacer la Hora Santa, pero me sentia tan penetrada del dolor de mis pecados, que pasé días de verdadero martírio. Pero en medio de tanto dolor, me quedaba un consuelo: el de llorar, consuelo y alivio al mismo tiempo. Pasé la hora entera rezando y llorando; hasta que, cansada como estaba, me senté, el dolor seguía. Poco después me sentí recogida, y al poco rato, casi todo a la vez, noté que empezaban a faltarme las fuerzas (a duras penas pude levantarme para cerrar con llave la puerta de la habitación). ¿Dónde me encontré? Me encontré, Padre  Mío, delante de Jesús, crucificado en ese mismo momento. Derramaba sangre por todas partes. Bajé en seguida los ojos, y aquella visión me turbo no poco; me hice la señal de la cruz; pasada la turbación sobrevino un poco de calma a mi espíritu.

Pero seguía sintiendo aún con mayor fuerza el dolor de  mis pecados; ni una vez levanté los ojos para mirar a Jesús; no me atrevía; me eché en tierra con la frente en el suelo, y así estuve por espacio de varias horas.

<<Hija  -- me dijo --, mira: estas llagas la habías tú abierto con tus pecados, pero ahora, alégrate, que todas las has cerrado con tu dolor. No me ofendas más. Ámame, como yo siempre te he amado. Ámame>> -- me repitió muchas veces. Aque sueño me alejó y volví en mi; desde entonces comencé a tener horror grandísimo al pecado (la gracia más grande que me ha hecho Jesús). Las llagas de Jesús quedaron tan profundamente grabadas en mi mente, que jamás se ha vuelto a borrar.  (Santa Gema, autobiografía, Jueves Santo de 1899)